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in Edition Julio Cortes / Al-Kahf (The Cave)

18:2sino que la ha hecho recta, para prevenir contra una grave calamidad que procede de Él, anunciar a los creyentes que obran bien que tendrán una bella recompensa,

18:5Ni ellos ni sus predecesores tienen ningún conocimiento de eso. ¡Qué monstruosa palabra la que sale de sus bocas! No dicen sino mentira.

18:6Tú quizá te consumas de pena, si no creen en esta historia, por las huellas que dejan.

18:7Hemos adornado la tierra con lo que en ella hay para probarles y ver quién de ellos es el que mejor se porta

18:9¿Crees que los de la caverna y de ar-Raqim constituyen una maravilla entre Nuestros signos?

18:10Cuando los jóvenes, al refugiarse en la caverna, dijeron: «¡Señor! ¡Concédenos una misericordia de Ti y haz que nos conduzcamos correctamente!»

18:13Nosotros vamos a contarte su relato verdadero. Eran jóvenes que creían en su Señor y a quienes habíamos confirmado en la buena dirección.

18:15Este pueblo nuestro ha tomado dioses en lugar de tomarle a Él. ¿Por qué no presentan alguna autoridad clara en su favor? ¿Hay alguien que sea más impío que quien inventa una mentira contra Alá?

18:17Habrías visto que el sol, al salir, se desviaba de su caverna hacia la derecha y, al ponerse, los rebasaba hacia la izquierda, mientras ellos estaban en una oquedad de ella. Ése es uno de los signos de Alá. Aquél a quien Alá dirige está bien dirigido, pero para aquél a quien Él extravía no encontrarás amigo que le guíe.

18:18Les hubieras creído despiertos cuando, en realidad, dormían. Les dábamos vuelta a derecha e izquierda, mientras su perro estaba en el umbral con las patas delanteras extendidas. Si les hubieras visto, te habrías escapado de ellos, lleno de miedo.

18:19Así estaban cuando les despertamos para que se preguntaran unos a otros. Uno de ellos dijo: «¿Cuánto tiempo habéis permanecido?» Dijeron: «Permanecimos un día o menos». Dijeron: «Vuestro Señor sabe bien cuánto tiempo habéis permanecido. Enviad a uno de vosotros con esta vuestra moneda a la ciudad. Que mire quién tiene el alimento más fresco y que os traiga provisión del mismo. Que se conduzca bien y que no atraiga la atención de nadie sobre vosotros,

18:21Y así los descubrimos para que supieran que lo que Alá promete es verdad y que no hay duda respecto a la Hora. Cuando discutían entre sí sobre su asunto. Dijeron: «¡Edificad sobre ellos! Su Señor les conoce bien». Los que prevalecieron en su asunto dijeron: «¡Levantemos sobre ellos un santuario!»

18:22Unos dirán: «Eran tres, cuatro con su perro». Otros dirán: «Eran cinco, seis con su perro», conjeturando sobre lo oculto. Otros dirán: «Eran siete, ocho con su perro». Di: «Mi Señor sabe bien su número, sólo pocos les conocen». No discutas, pues, sobre ellos, sino someramente y no consultes sobre ellos a nadie.

18:27Recita lo que se te ha revelado de la Escritura de tu Señor. No hay quien pueda cambiar Sus palabras y no encontrarás asilo fuera de Él.

18:28¡No rehúyas estar con los que invocan a su Señor mañana y tarde por deseo de agradarle! ¡No quites los ojos de ellos por deseo del ornato de la vida de acá! ¡No obedezcas a aquél cuyo corazón hemos hecho que se despreocupe de Nuestro recuerdo, que sigue su pasión y se conduce insolentemente!

18:29Y di: «La Verdad viene de vuestro Señor. ¡Que crea quien quiera, y quien no quiera que no crea!» Hemos preparado para los impíos un fuego cuyas llamas les cercarán. Si piden socorro, se les socorrerá con un líquido como de metal fundido, que les abrasará el rostro. ¡Mala bebida! Y ¡mal lugar de descanso!

18:30Quienes, en cambio, crean y obren bien... No dejaremos de remunerar a quienes se conduzcan bien.

18:31Para ésos serán los jardines del edén, por cuyos bajos fluyen arroyos. Se les adornará allí con brazaletes de oro, se les vestirá de satén y brocado verdes, estarán allí reclinados en divanes. ¡Qué agradable recompensa y qué bello lugar de descanso!

18:32Propónles la parábola de dos hombres, a uno de los cuales dimos dos viñedos, que cercamos de palmeras y separamos con sembrados.

18:34Uno tuvo frutos y dijo a su compañero, con quien dialogaba: «Soy más que tú en hacienda y más fuerte en gente».

18:35Y entró en su viñedo, injusto consigo mismo. Dijo: «No creo que éste perezca nunca.

18:36Ni creo que ocurra la Hora. Pero, aun si soy llevado ante mi Señor, he de encontrar, a cambio, algo mejor que él».

18:37El compañero con quien dialogaba le dijo: «¿No crees en Quien te creó de tierra, luego, de una gota y, luego, te dio forma de hombre?

18:40quizá me dé Alá algo mejor que tu viñedo, lance contra él rayos del cielo y se convierta en compo pelado,

18:41o se filtre su agua por la tierra y no puedas volver a encontrarla».

18:45Propónles la parábola de la vida de acá. Es como agua que hacemos bajar del cielo y se empapa de ella la vegetación de la tierra, pero se convierte en hierba seca, que los vientos dispersan. Alá es potísimo en todo.

18:46La hacienda y los hijos varones son el ornato de la vida de acá. Pero las obras perdurables, las buenas obras, recibirán una mejor recompensa ante tu Señor, constituyen una esperanza mejor fundada.

18:47El día que pongamos en marcha las montañas, veas la tierra allanada, congreguemos a todos sin excepción,

18:49Se expondrá la Escritura y oirás decir a los pecadores, temiendo por su contenido: «¡Ay de nosotros! ¿Qué clase de Escritura es ésta, que no deja de enumerar nada, ni grande ni pequeño?» Allí encontrarán ante ellos lo que han hecho. Y tu Señor no será injusto con nadie.

18:53Los pecadores verán el Fuego y creerán que se precipitan en él, sin encontrar modo de escapar.

18:56No mandamos a los enviados sino como nuncios de buenas nuevas y para advertir. Los que no creen discuten con argucias para derribar, así, la Verdad, y toman a burla Mis signos y las advertencias.

18:60Y cuando Moisés dijo a su mozo: «No cejaré hasta que alcance la confluencia de las dos grandes masas de agua, aunque tenga que andar muchos años».

18:61Y, cuando alcanzaron su confluencia, se olvidaron de su pez, que emprendió tranquilamente el camino hacia la gran masa de agua.

18:62Y, cuando pasaron más allá dijo a su mozo: «¡Trae la comida, que nos hemos cansado con este viaje!»

18:65encontrando a uno de Nuestros, siervos a quien habíamos hecho objeto de una misericordia venida de Nosotros y enseñado una ciencia de Nosotros.

18:67Dijo: «No podrás tener paciencia conmigo.

18:68¿Y cómo vas a tenerla en aquello de que no tienes pleno conocimiento?»

18:69Dijo: «Me encontrarás, si Alá quiere, paciente, y no desobedeceré tus órdenes».

18:72Dijo: «¿No te he dicho que no podrías tener paciencia conmigo?»

18:74Y reanudaron ambos la marcha, hasta que encontraron a un muchacho y le mató. Dijo: «¿Has matado a una persona inocente que no había matado a nadie? ¡Has hecho algo horroroso!»

18:75Dijo: «¿No te he dicho que no podrías tener paciencia conmigo?»

18:77Y se pusieron de nuevo en camino hasta que llegaron a una ciudad a cuyos habitantes pidieron de comer, pero éstos les negaron la hospitalidad. Encontraron, luego, en ella un muro que amenazaba derrumbarse y lo apuntaló. Dijo: «Si hubieras querido, habrías podido recibir un salario por eso».

18:83Te preguntarán por el Bicorne. Di: «Voy a contaros una historia a propósito de él».

18:86hasta que, a la puesta del sol, encontró que éste se ocultaba en una fuente pecinosa, junto a la cual encontró a gente. Dijimos:«Bicorne! Puedes castigarles o hacerles bien».

18:90hasta que, a la salida del sol, encontró que éste aparecía sobre otra gente a la que no habíamos dado refugio para protegerse de él.

18:91Así fue. Nosotros teníamos pleno conocimiento de lo que él tenía.

18:93hasta que, llegado a un espacio entre los dos diques, encontró del lado de acá a gente que apenas comprendía palabra.

18:103Di: «¿Os daré a conocer quiénes son los que más pierden por sus obras,

18:105Son ellos los que no creen en los signos de su Señor, ni en que Le encontrarán. Vanas habrán sido sus obras y el día de la Resurrección no les reconoceremos peso.

18:110Di: «Yo soy sólo un mortal como vosotros, a quien se ha revelado que vuestro Dios es un Dios Uno. Quien cuente con encontrar a su Señor, que haga buenas, obras y que cuando adore a su Señor, no Le asocie nadie».