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Di
in Edition Julio Cortes / Saad (The letter Saad)

38:4Se asombran de que uno salido de ellos haya venido a advertirles. Y dicen los infieles: «¡Éste es un mago mentiroso!

38:5¡Quiere reducir los dioses a un Dios Uno? ¡Es algo, ciertamente, asombroso!»

38:6Sus dignatarios se fueron: «¡Id y manteneos fieles a vuestros dioses! ¡Esto es algo deseable!

38:9¿O tienen los tesoros de misericordia de tu Señor, el Poderoso, el Munífico?

38:12Antes de ellos, otros desmintieron: el pueblo de Noé, los aditas y Faraón, el de las estacas,

38:16Dicen: «¡Señor! ¡Anticípanos nuestra parte antes del día de la Cuenta!»

38:17Ten paciencia con lo que dicen y recuerda a Nuestro siervo David, el fuerte. Su arrepentimiento era sincero.

38:20Consolidamos su dominio y le dimos la sabiduría y la facultad de arbitrar.

38:22Cuando entraron adonde estaba David y éste se asustó al verles. Dijeron: «¡No tengas miedo! Somos dos partes litigantes, una de las cuales ha ofendido a la otra. Decide, pues, entre nosostros según justicia, imparcialmente, y dirígenos a la vía recta.

38:23éste es mi hermano. Tiene noventa y nueve ovejas y yo una oveja. Dijo: '¡Confíamela!' Y me gana a discutir».

38:24Dijo: «Sí, ha sido injusto contigo pidiéndote que agregaras tu oveja a las suyas». En verdad, muchos consocios se causan daño unos a otros; no los que creen y obran bien, pero ¡que pocos son éstos! David comprendió que sólo habíamos querido probarle y pidió perdón a su Señor. Cayó de rodillas y se arrepintió.

38:26¡David! Te hemos hecho sucesor en la tierra. ¡Decide, pues, entre los hombres según justicia! ¡No sigas la pasión! Si no, te extraviará del camino de Alá. Quienes se extravíen del camino de Alá tendrán un severo castigo. Por haber olvidado el día de la Cuenta.

38:29Una Escritura que te hemos revelado, bendita, para que mediten en sus aleyas y para que los dotados de intelecto se dejen amonestar.

38:32Y dijo: «Por amor a los bienes he descuidado el recuerdo de mi Señor hasta que se ha escondido tras el velo.

38:35«¡Señor!» dijo. «¡Perdóname y regálame un dominio tal que a nadie después de mí le esté bien. Tú eres el Munífico».

38:43Le regalamos su familia y otro tanto, como misericordia venida de Nosotros y como amonestación para los dotados de intelecto.

38:46Les hicimos objeto de distinción al recordarles la Morada.

38:50los jardines del edén, cuyas puertas estarán abiertas para ellos,

38:51y en los que, reclinados, pedirán fruta abundante y bebida.

38:53Esto es lo que se os promete para el día de la Cuenta.

38:57Esto ¡que lo gusten!: agua muy caliente, hediondo líquido

38:60Dirán: «¡No! ¡No hay bienvenida para vosotros! ¡Sois vosotros los que nos habéis preparado esto! ¡Qué mala morada...!»

38:61«¡Señor!» dirán, «a los que nos han preparado esto ¡dóblales el castigo en el Fuego!»

38:62Dirán: «¿Cómo es que no vemos aquí a hombres que teníamos por malvados,

38:64Sí, esto es verdad: la discusión entre los moradores del Fuego.

38:65Di: «Yo no soy más que uno que advierte. No hay ningún otro dios que Alá, el Uno, el Invicto,

38:67Di: «es una noticia enorme,

38:69Yo no tenía conocimiento del Consejo Supremo, cuando discutían unos con otros.

38:71Cuando tu Señor dijo a los ángeles: «Voy a crear a un mortal de arcilla

38:72y, cuando lo haya formado armoniosamente e infundido en él de Mi Espíritu, ¡caed prosternados ante él!»

38:75Dijo: «¡Iblis! ¿Qué es lo que te ha impedido prosternarte ante lo que con Mis manos he creado? ¿Ha sido la altivez, la arrogancia?»

38:76Dijo: «Yo soy mejor que él. A mí me creaste de fuego, mientras que a él le creaste de arcilla».

38:77Dijo: «¡Sal de aquí! ¡Eres un maldito!

38:78¡Mi maldición te perseguirá hasta el día del Juicio!»

38:79Dijo: «¡Señor, déjame esperar hasta el día de la Resurrección!»

38:80Dijo: «Entonces, serás de aquéllos a quienes se ha concedido una prórroga

38:81hasta el día del tiempo señalado».

38:82Dijo: «¡Por Tu poder, que he de descarriarles a todos,

38:84Dijo: «La verdad es -y digo verdad-

38:86Di: «Yo no os pido, a cambio, ningún salario ni me arrogo nada.

38:87Ello no es más que una amonestación dirigida a todo el mundo.