38:3¡A cuántas generaciones, antes de ellos, hemos hecho perecer! Invocaron cuando ya no había tiempo para salvarse.

38:4Se asombran de que uno salido de ellos haya venido a advertirles. Y dicen los infieles: «¡Éste es un mago mentiroso!

38:24Dijo: «Sí, ha sido injusto contigo pidiéndote que agregaras tu oveja a las suyas». En verdad, muchos consocios se causan daño unos a otros; no los que creen y obran bien, pero ¡que pocos son éstos! David comprendió que sólo habíamos querido probarle y pidió perdón a su Señor. Cayó de rodillas y se arrepintió.

38:29Una Escritura que te hemos revelado, bendita, para que mediten en sus aleyas y para que los dotados de intelecto se dejen amonestar.

38:36Sujetamos a su servicio el viento, que soplaba suavemente allí donde él quería, a una orden suya.

38:50los jardines del edén, cuyas puertas estarán abiertas para ellos,

38:72y, cuando lo haya formado armoniosamente e infundido en él de Mi Espíritu, ¡caed prosternados ante él!»

38:85que he de llenar la gehena contigo y con todos aquéllos que te hayan seguido».